Tras la aparición de la nena en la Ciudad de Buenos Aires, llega el momento del análisis de los hechos por parte de la Justicia. Hasta ahora, al hombre que estaba con la menor se le imputan lesiones leves y amenazas.

El origen de la causa se remonta al 21 de diciembre del año pasado, cuando Camila Peralta salió de su casa en Villa Clelia. Alrededor de las 15 horas, su padre, Enrique Peralta, le dio permiso para ir a encontrarse con una amiga. “Como a las 21 no había regresado, su papá comenzó la búsqueda e hizo la denuncia en la policía”, señaló Ricardo Carugatti en 99.9 Radio Noticias Web.

La investigación arrojó que Camila se había ido con Humberto Vedia, un hombre de 21 años de nacionalidad boliviana que era su vecino y con quien “aparentemente tenía una relación sentimental a escondidas”, indicó el periodista.

Carugatti procedió con la reconstrucción de los hechos: “Luego de haberse realizado rastrillajes, declaraciones testimoniales y algunas intervenciones telefónicas, se logró establecer que ambos estaban en la zona de Liniers. Hasta ahí fue personal policial para buscar a la niña”.

El domingo pasado (25 de enero), cerca de las 17:30 horas, agentes de la Policía Federal encontraron a Vedia en los andenes de la terminal de ómnibus de Liniers y posteriormente dieron con el paradero de Camila, quien se encontraba cerca de dicho lugar. Una vez que ambos fueron hallados, se convocó al Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.

Un médico de la Policía Federal que atendió a la menor constató que tenía “moretones en los antebrazos”. De este modo, se le dio intervención al Juzgado Nacional de Instrucción Nro. 45 y Vedia fue “aprehendido por lesiones menores y amenazas”, explicó Carugatti.

La declaración de Camila

Ayer, con la asistencia de la licenciada Elena Lakonich, la menor declaró ante la Justicia.

“Dijo, entre otras cosas, que no se llevaba bien con su tía y con uno de sus hermanos y que por eso le dijo a Humberto que se quería ir de la casa”, detalló Carugatti, quien recordó que la madre de Camila falleció en octubre de 2014. Respecto al vínculo con Vedia, Camila declaró que “tenía una relación de noviazgo muy inocente: nunca se besaron ni mantuvieron relaciones sexuales”.

En cuanto a su llegada a Liniers, la menor informó que “se fueron caminando por la playa desde Mar de Ajó hasta la terminal de San Clemente. Allí Vedia cambió su teléfono por dos pasajes de micro a Liniers, donde comenzaron a trabajar en un restaurante. La nena trabajaba de 9 a 21 y dormía en una habitación sola”.

Camila dijo que “no había querido regresar a su casa”, comentó el periodista. Sobre el trato que le daba Vedia, aseguró que era “bueno” aunque el hombre “se ponía celoso cuando ella miraba a otros chicos: ahí la agarraba de los brazos y le dejaba moretones”.

El domingo 25, sin embargo, la situación cambió. “Ese domingo, Vedia le dijo que había ido a sacar pasajes para regresar a Mar de Ajó y Camila le avisó en ese momento que quería que su padre la vaya a buscar. Vedia entonces le dijo que, si no subía al micro, le iba a hacer mal a su familia”, comentó Carugatti. Camila, de todos modos, no subió.

Los investigadores luego descubrieron que los pasajes que había comprado Vedia, en realidad, no tenían a Mar de Ajó como destino: el hombre planeaba llevarse a la niña a Mendoza.

Cabe destacar que Vedia prestará declaración mañana, imputado por “lesiones leves y amenazas”.

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