Son de la Ciudad de Buenos Aires y serán la primera pareja de la región en contraer matrimonio religioso igualitario en una sinagoga y según el rito de la religión judía. Un paso histórico hacia una mayor inclusión.

Dos mujeres de la Ciudad de Buenos Aires serán la primera pareja de Latinoamérica en contraer matrimonio religioso igualitario en una sinagoga y según el rito de la religión judía, en lo que calificaron como “un paso histórico” hacia una mayor “inclusión” porque “a partir de esto, otras comunidades van a aprobarlo también”.

“Nosotras practicamos a diario la religión, vivimos en comunidad, queremos tener hijos y darles una educación judía, y para eso necesitamos estar unidas bajo el rito judío”, dijo en diálogo con Télam Romina Charur, una de las integrantes de la pareja que se casará la semana próxima en el templo de la comunidad NCI-Emanu El, que integra la Red Fundación Judaica del rabino Sergio Bergman.

La joven explicó que más allá de la importancia simbólica de la celebración y el pie de igualdad en que esto las coloca en relación a otros miembros de la misma comunidad, la posibilidad de casarse “bajo la jupá” (palio nupcial) les permitirá también participar de forma plena como familia de las distintas instituciones judías, sobre todo cuando tengan hijos.

Cuando te casás, te entregan un documento nupcial -la ketubah- que luego es requerido cuando tenés hijos, para demostrar que nacieron de un matrimonio judío” y así poder inscribirlos en establecimientos educativos de la colectividad, ejemplificó.

Nacida en el seno de una familia judía conservadora, Romina había retornado hacía poco tiempo a la práctica religiosa cuando, hace siete años, conoció a Vicky Escobar, una católica no practicante de la que se enamoró y con la que cinco años más tarde contraería matrimonio civil.

“Ella de a poco se fue interesando en lo que era el judaísmo, empezó a estudiar y después de casarnos, ella tomó la decisión de convertirse en el judaísmo”, contó.

“Entonces nos acercamos a la comunidad NCI-Emanu El, donde la rabina Karina Finkielsztein nos abrió las puertas y nos dio la posibilidad, luego de que Vicky terminara con el proceso de conversión, de trabajar para la aprobación del matrimonio igualitario dentro del templo”, explicó.

La homosexualidad es un debate aún no saldado dentro del judaísmo, porque mientras los ortodoxos la siguen considerando un pecado, las ramas conservadora y reformista han hecho avances importantes en el camino de la inclusión.

Así, el 6 de diciembre de 2006 el Committee on Jewish Law and Standards del movimiento conservador aceptaba como parte de la “halajá” (recopilación de leyes, costumbres y tradiciones judías) la ordenación de rabinos y rabinas homosexuales y el matrimonio entre personas del mismo sexo, dejando a criterio de cada sinagoga el incorporarlo en su comunidad.

En el camino de este derrotero, el pasado 21 de marzo la Asamblea de la Comunidad NCI-Emanu El de la Ciudad de Buenos Aires aprobó por unanimidad la adhesión a la Responsa (norma judaica) del Committee of Jewish Law and Standards de la Asamblea Rabínica del Movimiento Conservador, y así dejó allanado el sendero para el casamiento religioso de Romina y Vicky.

“En Argentina no había ocurrido antes de ahora porque para casarse religiosamente tenés que tener el acta del matrimonio civil y hasta el 2010 no hubo Ley de Matrimonio. A partir de entonces, empezamos a trabajar en esto”, afirmó el presidente de Judíos Argentinos LGBT (JAG), Gustavo Michanie.

El referente de esta organización que milita por el derecho a casarse de acuerdo con el ritual judío, adelantó además que “después de este casamiento hay otro muy cerquita de dos hombres” que contraerán matrimonio en otra comunidad.

El vicepresidente de la Federación Argentina de Lesbianas Gays Bisexuales y Trans (Falgbt), Esteban Paulón, celebró esta decisión y afirmó que más allá de que el Estado es laico, «muchas personas participan de espacios de fe y es muy una buena noticia que éstos empiecen a abrirse y reconocer la igualdad de sus miembros”.

“Si bien el matrimonio igualitario se realizará por ahora sólo en esta comunidad, es una señal de que progresivamente la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario va empujando una agenda de igualdad en todos los ámbitos de la vida y es el momento de que las distintas comunidades de fe se aparten de algunas historias de segregación”, consideró.

A su turno, el director ejecutivo de la Fundación Judaica, Eddy Huberman, calificó la decisión de la Comunidad Emanu El como “un paso necesario para garantizar los mismos derechos a todos los miembros de la comunidad”.

“En la participación comunitaria no había restricciones, pero todavía no se había realizado un casamiento igualitario en una sinagoga y estamos muy orgullosos de ser parte de ser parte del primero”, dijo.

“Es un paso histórico el que se está dando porque uno por más que te abran las puertas de la comunidad, poder pasar por el matrimonio judío es incluir de verdad y a partir de esto, otras comunidades que no se han animado, van a poder sumarse”, concluyó Charur.

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