En los últimos tres años aumentó la cantidad de pedidos de concursos de acreedores y de procesos preventivos de crisis. La actividad no muestra señales de recuperación y desaparecieron casi 10.000 empleadores en 2018.

Los salarios perdieron el año pasado 12 puntos en promedio de poder adquisitivo, comercios e industrias están sintiendo con fuerza el derrumbe del consumo a lo que se le suma que los costos, servicios, impuestos, material de trabajo, alquileres y otros se dispararon, además las tasas de interés se fueron a las nubes.

Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en los últimos tres años hubo un “impacto negativo” en la actividad económica que afectó a “un número importante de empresas”. En total, son 246 casos en procesos preventivos de crisis y 2.177 quiebras sólo en Capital Federal y Gran Buenos Aires.

Los datos son más difusos, pero igual de elocuentes, en las provincias. Confirmado por el propio jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña, en los primeros tres meses del año ya se presentaron 30 casos de PPC; es casi la mitad de lo que fue el total de 2017.

“Venimos midiendo la rentabilidad de las pymes, y hasta el año pasado sólo un 30% estaba trabajando con rentabilidad, otro tercio está en equilibrio y el resto a pérdida. Por esto no es sorprendente la situación de concursos y cierres”, opinó Pedro Cascales, secretario de prensa de CAME.

“La actividad cayó más fuerte que en la crisis de 2001. Este año va a ser delicado, no se ve un escenario muy auspicioso. Ojalá hayamos encontrado el piso porque la situación no es buena para la mayoría de los sectores. Hay sectores que parecía que habían encontrado un piso y ahora parece que no. Así que no me animo a decir que encontramos el piso”, explicó por su parte Matías Bolis Wilson, economista jefe de la CAC.

Fuente: Ámbito Financiero




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